Genética pop-rock; disfraz de post-rock.
¡Vaya sorpresón me he llevado con Neuman! Desde que escuché las primeras notas de su álbum de debut, PLASTIC HEAVEN, he pensado que tal vez haya cometido un grave error al no incluir su segundo Lp, The Family Plot, en la lista de lo mejor de 2011. Digo tal vez porque aún no le he escuchado. Porque un grupo así se merece la atención adecuada, y se merece que le haga justicia escuchando las veces que sean necesarias su primer trabajo antes de pasar al segundo. Merecen un número de escuchas suficiente, para así tener la noción justa de la espera, y poder entonces regodearme y rebozarme a gusto cuando llegue a lo realmente nuevo. Siento una deuda con Neuman, y pienso recuperar el tiempo perdido. Solo entonces pasaré a su siguiente Cd.
PLASTIC HEAVEN es un disco largo y generoso: casi 2 horas, 14 canciones, la mayoría de ellas de más de 4 minutos, y casi todas con mucho contenido y un gran valor ambiental. Mediante este trabajo Neuman se postula como una banda nacida para despejar las fronteras del pop con el post-rock, como Nudozurdo, por ejemplo. Su sonido se basa en elementos de ambos estilos, aunque también podría decirse de ellos que hacen un pop oscuro con un fantástico disfraz de post-rock. Si entendiéramos el post-rock en su definición más amplia diríamos que Neuman tiene esa facilidad genérica para hacer de la variación el centro de sus mejores canciones, esa inercia característica del sonido post-rockero que tiende a dar mayor importancia a una textura, a un punteo o a un fraseo insospechado, que surge de la propia canción y no de las partituras (en apariencia), a esa especie de creación progresiva que se enarbola siempre hacia arriba, ganando en complejidad y, a la vez, en profundidad. Diríamos que Neuman tiene claramente el color azul oscuro del post-rock, ese que cambia en el cielo, lenta pero implacablemente, todas las tardes al anochecer. Pero hay más suavidad en sus notas que en la mayoría de las composiciones del género. Por eso tal vez ellos, por fin, sean capaces de popularizar las bases del post-rock en nuestro país.
Al parecer esta banda surgió cuando Paco (Román) encontró a Fernando (Lillo), cuando el vocalista y guitarrista conoció al pianista. Miguel Ángel Torres (bajo) y Raúl Frutos (batería) completan el cuarteto, pero no cabe duda de que el sello de Neuman descansa en el binomio piano-guitarra. Desde luego, están ahí en los mejores momentos; desde el principio, desde el primer minuto del Cd. Sil Fono, por ejemplo, una de las tres o cuatro mejores canciones del PLASTIC HEAVEN, se abre con un piano insistente, que repite el mismo fraseo una y otra vez hasta el final mientras la guitarra, al principio acompañada por un banjo, se va abriendo y desgarrando hasta que consigue coparlo todo. La percusión, por su parte, también va desde las campanillas de un xilófono hasta el bombo oscuro y perdido en el eco de la noche, en una progresión, que también caracteriza el sonido que quieren hacen los Neuman, que roza la épica. Y al final, en los últimos dos minutos, reina el ambiental post-mortem, con el piano por fin en ligera libertad.
Tal vez, si fuesen solo 10 temas, pero todos como Sil Fono, nos encontraríamos ante uno de los mejores discos del pop-rock español, y ante el hito indiscutible del post-rock nacional. Y no es que rellenen con temas insustanciales: todo lo contrario. Pero el mensaje de temas como Just A Lie o I Have The Will (con final feliz y todo), revela que o no pueden o no se atreven a basar su sonido en el tono oscuro del tema con el que abren el Cd. Las pequeñas dosis de perdición que tiene ésta, o Loopside, o Never, o la larguísima Brighton, son seguramente lo mejor del disco: sorprendentes desarrollos en las segundas partes del tema, envueltos en un claro cromatismo de lamento y languidez, sufrida, pero que en el fondo se resiste a claudicar. Porque el post-rock más shoegazer, el más profundo y ortodoxo, se asienta precisamente en eso: en una lucha frente a la propia rendición.
Aún así, se encargan de no plegarse a ese tono desesperado, y tras un tema intenso y rendido a la poética del desastre como es Loopside, colocan La Yo, un tema muy al estilo Saybia, The Appleseed Cast o Sunny Day Real Estate, rozando el emo. Y lo mismo para después de Brighton, con Asey, al estilo Nada Surf + The Twilight Sad. Pero en la segunda parte de PLASTIC HEAVEN ya no se reprime el pesimismo: The End sigue mostrando esa genética pop-rockera mientras se maquillan de post-rock; pero en Plastic Heaven, el tema que da título al Cd, realmente, comprobamos hasta dónde puede llegar el hundimiento de los Neuman. Ahora ya no funcionan igual los intentos de no plegarse al desespero, y Mi Pequeño Nuiman, única canción en castellano, aunque tiene el ritmo, no tiene ya ni un gramo de optimismo. Never es la última gran joya del Cd, básicamente porque en la variación meten un punteo glorioso (con el piano sobrevolando, feliz en su rica miseria) que es la cumbre del álbum, y la de un discurso que, a veces, se tambalea un poco.
Al final Click ya parece algo residual, y aunque las dos últimas tengan todavía muy buenos pasajes, lo cierto es que parece que ya todo está dicho en el PLASTIC HEAVEN. So Far es como una larga despedida en la estación, un claro lamento que acaba en tragedia; y Moon, quizá demasiado al final del discurso, pierde potencial debido a la excesiva reiteración estética. Porque si al principio me frotaba las manos ante tanta canción, ahora empiezo a pensar que son demasiadas: extraño comentario en mí. Pero opino que si quieren abrir la frontera del pop con el post-rock (bien podría no ser su objetivo, ¡no jodamos!), deberían ser más concisos: la columna vertebral 1, 2, 4, 5, 6, 7, 9, 11, 13, 14, me parece lo único imprescindible. Con ello el discurso habría sido quizá más claro e impactante. Porque aunque al principio atrae precisamente porque hay mucho y muy variado contenido (siempre entre el pop-rock y el disfraz de post-rock), finalmente el PLASTIC HEAVEN se cae, probablemente, por no satisfacer ni a uno ni a otros. Veremos qué hay en el segundo Cd…
pues te cagaras,con perdón, cuando oigas su segundo cd....
ResponderEliminarLa verdad es que sí...y me lo temía. No obstante, me merecen mucho respeto!
EliminarBuena crítica. Con grupos como sigur ros y neuman he descubierto el shoegaze o post-rock y ,la verdad, tienes razón, es un estilo melancólico que atrae mucho aunque no esté popularizado. Neuman se merece estar con las bandas grandes del momento, llenando estadios,sin duda.
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