La mezcla perfecta de razz y jock.
Paseando ayer por Gràcia, aquellos que no lo supieran, podían haberse topado con la actuación en directo del grupo local Hitabaldaäs en el Bar El Continental: un quinteto sorprendente, que trabaja entre lo clásico y lo vanguardista, que hizo las delicias del selecto público que pudo reunir. Fue un bolo gratuito y tranquilo del que apenas pude ver cuatro o cinco canciones, pero fueron más que suficientes para confirmar lo que ya me venía oliendo desde la escucha de su primer Cd.
Me gustan los grupos como Hitabaldaäs: son un auténtico reto para aquellos que nos empeñamos en descifrar y etiquetar los sonidos que brotan de la música, de las bandas. Te obligan a permanecer siempre atento, en guardia, esperando el siguiente giro inesperado, la enésima desviación. De ellos, a priori, se podría decir que mezclan rock instrumental y jazz atmosférico; pero también que juegan a juntar razz ácido y jock ambiental. El caso es que te descubres en sus conciertos disfrutando de una bella y elegante percusión, al modelo Cinematic Orchestra, a veces más sutil, otras más marcada; de una solitaria y sólida trompeta, con un punto de comedida melancolía; y, en general, de un sonido noble, sesudo y reflexivo.