GODSPEED YOU! BLACK EMPEROR



El infinito musical.

Son profesionales del apocalipsis; observadores y narradores ultraterrenales del fin del mundo. La escatología es su forma de vida, y hacen de ella una obra maestra. Godspeed You! Black Emperor son una banda canadiense de post-rock instrumental que no tiene parangón alguno en este planeta. Con tan solo 3Cds editados desde 1994, y pese a su total aversión por la industria musical, la publicidad y la promoción que ella conlleva, esta numerosa formación de inquietantes caballeros oscuros se ha convertido en uno de esos grupos de culto, inaccesibles y reacios al contacto humano, que fascina a todo aquel que tenga la suerte de conocerles.

Parece un milagro cuando te envuelve su música, porque no es de este mundo, ni de este tiempo, ni de una realidad tangible que no sea fruto de la ciencia ficción. Son la mitad de '28 días después' de Danny Boyle. Son una visión, suspendida en el aire tras el drama: calles vacías, cafés desiertos, terrazas teñidas de espanto, gritos ahogados, canalizados en hirientes guitarras. Son el único testigo de una destrucción masiva, la cámara tirada que graba el horror sin apartar la mirada. Godspeed You! Black Emperor te cuenta cómo fue el fin del mundo, sin llantos, sin falsas esperanzas, sin maquillaje que huela a narrativa barata. Parecen los únicos que han tenido estómago para soportar la fatalidad, para describir el caos, y para observarlo en su nueva y plena armonía con el universo. Redactores sin público para una realidad post-humana.

F♯A♯∞ (1997-8), Litf Your Skinny Likes Antennas To Heaven (2000), y Yanqui U. X. O. (2002) son, básicamente, el trabajo de Godspeed You! Black Emperor. Un puñado de doce canciones, de 20 minutos de media, y divididas en varios movimientos o actos. Cada una de ellas bien podría ser la descripción de una de esas extrañas fotografías de nebulosas, galaxias y fenómenos astronómicos lejanos: atractivas y temibles; una imagen que nos perturba, que escapa a nuestra limitada lógica, que nos oprime y nos pone en contacto con nuestra inútil naturaleza finita. Godspeed You! Black Emperor es la imagen de cuánto nos supera. La transmisión ininterrumpida desde el más allá.

Es cierto, hay un sinfín de bandas que podrían responder, previa audición, a esta descripción. Mono, Yndi Halda, Explosions In The Sky, September Malevolence, The Evpatoria Report o iLiKETRAiNS, por ejemplo; pero esta gente son como la unión de todos ellos: una especie de fusión definitiva y categórica. Nada en la progresión de sus canciones resulta previsible, ni repetitivo, todo sonido se transforma, lentamente, como las miles de explosiones de gases y elementos que inundan, ante nuestra mísera ceguera, el espacio infinito. Los cientos de instrumentos entran y salen a su antojo, destacando uno tras otro: hay baterías que van desde lo más tribal a lo más geométrico, pero siempre rodeando el abismo; guitarras y punteos que toman caminos jamás explorados, adentrándose en la oscuridad para salir después, tras el agujero de gusano sideral, a años luz del panorana normal del post-rock instrumental.

Intentar describir a Godspeed You! Black Emperor es como plantarse frente a lo incomprensible y tratar de hincarle el diente. Medio pestañeo más tarde, como una hueca e incómoda burla, sus formas han cambiado y su apariencia es totalmente distinta. Una vez describí a los japoneses Mono como el reflejo de nuestra propia actividad vital, ya que combina momentos de extrema agitación y cócteles de pasión, con otros de pesada calma y sedante conformismo. Godspeed You! Black Emperor, sin embargo, no puede describir una vida normal, sino la de un lunático, o la de un visionario, que a veces viene a ser lo mismo. Los altibajos son tan enrevesados como hipnóticos, el ritmo se convierte en despótico marcapasos para nuestro débil organismo: es el silencio transformado en música, y al instante, la figura grotesca, tallada en hielo, de los jinetes del apocalipsis, suspendida, intocable y magestuosamente, sobre las mismas puertas del infierno.


Godspeed You! Black Emperor tocan el domingo 30 de enero en Madrid, en La Riviera. Y grabaría en cinta una final de Champions del Barça si coincidieran. Creo que con eso lo digo todo.