EMERGÈNCIA FESTIVAL: OSO LEONE. Barcelona, 18-02-2012.



Emergència Festival, parte 4: la consagración.

No es lo mismo un país en vías de desarrollo que un país emergente. Tal vez me equivoque, pero pienso que los segundos, a diferencia de los primeros, no necesitan ya la ayuda de terceros para evolucionar y seguir desarrollándose de manera correcta: han dado con la tecla, con la fórmula adecuada del crecimiento, y parecen ir por el camino que recorrieron otros que hoy en día son grandes y ejemplares. De los primeros se dice que están arrancando; de los emergentes, sin embargo, que ya están en marcha. Podemos extrapolar esta teoría a la música, pero ya no se tratará de una cuestión numérica; porque aunque todos los artistas estén, o deban estar siempre en vías de evolución, lo cierto es que se nota cuando a un grupo le queda aún camino por recorrer, y cuando ya están verdaderamente en marcha.

Xavi Martín y Paco Colombás, de Oso Leone.
En ese sentido, la cuarta edición del Festival Emergència, celebrado el sábado pasado en la sede del CCCB (Centre de Cultura Contemporània de Barcelona), será recordada por muchos como el día en el que Oso Leone cayó del cielo y reivindicó su lugar en la tierra, y en el panorama musical nacional. Luego es verdad que detrás de su aparición estelar del sábado hay meses y meses de intenso trabajo, pero tanto para quienes no les conocían, como para aquello que aún no les habíamos visto en directo, lo que hicieron estos mallorquines en el Auditori del Centre fue una auténtica revelación. Después hubo alguna que otra buena noticia más, e incluso ligeras decepciones, pero sin duda alguna el concierto de Oso Leone hizo que mereciera la pena la noche entera.


En apenas 6 o 7 horas desfilaron 8 grupos, repartidos en dos escenarios: Hall y Auditori. Conciertos cortos y sin apenas tiempo para comentarlos en corrillo. De hecho, a parte de las prisas, el emplazamiento acabó por quedarse pequeño, demostrando seguramente, o que el Festival cada vez tiene más fieles, o que a Oso Leone lo conoce más gente de la que pensaba la organización. Tanto ellos como Mursego, el proyecto de Maite Arrotajauregi, colgaron el cartel de aforo completo en el Auditori, y mucha gente que había ido expresamente a ver a los mallorquines, tuvo que quedarse con las ganas. Y me atrevo a decir que, lamentablemente, se perdieron el que hasta ahora ha sido, en mi opinión, el mejor concierto que se ha podido ver en Barcelona en lo que va de año; al menos de los que yo he visto.

Camilo Bosso y Miguel Brieva, de Las Buenas Noches.
Pero antes, durante la tarde, tocaron los vizcaínos Gratis, Alba Lua, La Reina Republicana y Las Buenas Noches. Éstos últimos fueron la otra gran sorpresa del festival: un quinteto acústico delicioso que bebe de Calexico y Fleet Foxes para hacer un folk ignoto que empapa y envuelve a quien se atreva a acercarse demasiado. Las Buenas Noches hacen de las cuerdas un sistema de creencias y de expresión que el estudio no es capaz de registrar: su directo supera con creces a sus grabaciones, donde guitarras acústicas, banjos y hasta un contrabajo electrónico galopan codo con codo mientras el horizonte se hace más y más ancho. El talento que atesoran estos chicos de Sevilla es prueba suficiente para saber que su estado de emergencia no durará mucho: pronto les veremos en escenarios mayores frente a un montón más de gente, porque su música, aunque de estirpe independiente, persigue patrones de reconocibles tradiciones musicales del mundo.

Al acabar el hipnótico embrujo de Las Buenas Noches nos dimos cuenta de lo quilométrica que era la cola para ver a los Oso Leone en el Auditori; y no era para menos a tenor de lo que luego pudimos ver. Xavi Marín y Paco Colombás son el núcleo de una banda que nació cuando Jaime Roselló se les unió, aportando teclados, programación y producción; ahora, para la gira que comenzó el sábado en Barcelona (aunque oficialmente empiece en marzo), se transforman en quinteto, dicen, para darle a su música un cariz completamente distinto en directo. Pero, ¿cómo definir lo que hacen estos muchachos sin emitir por mi boca exactamente el mismo sonido que ellos el otro día? Es más: parece imposible, usando palabras, siquiera acercarse a una buena descripción.
Paco Colombás, de Oso Leone.
En todo caso diríamos de su primer disco homónimo que es como el esqueleto de una eterna balada folk, pero sin un lugar concreto sobre la tierra. Amantes del silencio y de la acústica, confieren a su música un volumen que huye elegantemente de la voluptuosidad gratuita. Pero tras escuchar su directo, comprendo que su trabajo de estudio no es más que un boceto bien marcado de líneas maestras que luego, sobre un escenario, son la base para unos desarrollos instrumentales y de capacidad creativa y constructiva fuera de lo normal. Por momentos, y sin que el físico tenga nada que ver, Xavi me recordó al genial Bradford Cox (de Deerhunter y Atlas Sound), por la potencialidad que encierran sus manos, a la guitarra, y su garganta, en un claro derroche de latente genialidad.

Xavi Martín, de Oso Leone.
Sonaron temas nuevos, y los que ya conocíamos se presentaron transformados en el paradigma de todas sus verdaderas posibilidades: como hiciera el incomparable Stanley Kubrick, los Oso Leone esbozaron coqueteos con casi todos los palos, desde la electrónica muscular a ese sonido pendular tan de frontera que también caracteriza a los catalanes Cuchillo, otra de las puntas de lanza del panorama más indie de nuestro país. En un recortado concierto de apenas media hora, los isleños presentaron, por tanto, de manera brillante un trabajo que se desmelena en directo con la majestuosidad y la pausa del ritmo de 2046. Son la apuesta más importante del sello Fohen, y el sábado se hicieron un poquito más grandes.

Después de su recital nada podía satisfacernos ya: ni María Minerva, bastante pasada de rosca e imprecisa, ni los Pegasvs, demasiado kraut para el sabor de boca que los Oso Leone nos había dejado, pudieron borrar la indeleble huella que los mallorquines nos habían implantado en la memoria reciente. Al margen de Las Buenas Noches, a quienes seguiremos de cerca a partir de ahora, la principal recomendación que se pudo extraer de la cuarta edición del Emergència Festival del CCCB fue, ya no el grupo Oso Leone en sí, sino más bien la de que nadie nunca por ninguna circunstancia se pierda jamás un concierto de esta banda. Y como muestra de ello, ahí quedan las fechas de sus próximos conciertos:

Gira de Oso Leone.

10-03    Mallorca (Es Gremi, antigua Sala Assaig).
13-03    Zaragoza (La lata de bombillas).
14-03    Huesca (El 21).
15-03    Bilbao (Azkena); con GAF.
16-03    Toledo (Garcilaso); con Marina Gallardo.
17-03    Madrid (Taboo); con Marina Gallardo.
19-03    Salamanca (El corrillo).
22-03    Valencia (Matisse); con I am Drive.
23-03    Granollers (por confirmar).
24-03    Bacelona (por confirmar).

Fotos de Pablo Luna Chao.

También disponible en Alta Fidelidad.

1 comentario:

  1. Conozco a alguno de esos que se quedaron con las ganas, claro fallo en la organización del festival. Aun así fue un placer.

    Gracias chico sin barba!

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