Ariel Pink es un curiosísimo personaje de Los Ángeles que, tras bastantes años de carrera en solitario, de autoproducción casera y casi para sí mismo, parece haber encontrado un segmento de mercado y de público capaz de hacerle pasar por el nuevo genio de la miscelánea y el eclecticismo del siglo XXI. Ariel Pink's Haunted Graffiti es la especie de banda resultante, y BEFORE TODAY, su flamante nuevo trabajo.
Con Ariel Pink's Haunted Graffiti nada es fácil. Es complicado entender de qué rollo va, casi imposible definirlos dentro de un estilo normal de música y, aunque agradable y rebosante de calidad y momentos brillantes, no es fácil de escuchar. En cualquier caso, mucho más tangible y serio que todo su anterior trabajo.
En 2003 Josh Dibb, de Animal Collective, conoció a Pink tras uno de sus 'recitales', y gracias a un amigo en común, Ariel Pink se convirtió en el primer fichaje de Paw Tracks, el sello de la banda de Baltimore. 7 años más tarde, y tras probar con varias producciones, Ariel Pink's Haunted Graffiti ha editado su primer trabajo verdaderamente importante con 4AD. BEFORE TODAY es un disco lleno de sorpresas; nos asombra en cada esquina, en cada rincón, con cada cambio de decorado (prácticamente a cada canción) y con las infinitas ramificaciones y combinaciones de su sonido.
Se ha definido a Ariel Pink como freak-folk, debido a su excentricidad, a su curioso aspecto, y a la rareza de sus 'conciertos'. Lo que es innegable es que se ha abierto paso por el mundo de la música con una independencia apabullante, hasta hacerse un hueco en los oídos de medio mundo gracias a BEFORE TODAY (9º mejor álbum de 2010 para Pitchfork). Estamos ante un auténtico jugador: la psicodelia y la experimentación llegan a cotas de gran sofisticación en este Cd. Ariel Pink se aburriría enclaustrado en un solo estilo musical, y por eso utiliza cuantos más mejor para crear su propio sonido, tan lleno de personalidad que parece mostrarnos claramente la alterada psique de este personaje.
Hay, como mucho, cuatro canciones que podríamos clasificar como rock: Bright Lit Blue Skies, un líquido y manejable indiepop; Butt-House Blondies, que es como una agradable pedrada de distorsión, entre tanta miscelánea; Little Wig, que bien podría haberse oído en Woodstock, entre ácidos y pioneros del rock duro; y Revolution's A Lie, con un bajo marcado a lo post-punk. El resto del Cd, que rebosa frescura, energía y esa pacífica fuerza del hippie, se mueve entre melodías semiaéreas (L'estac), de entre las nubes, y ritmos que, cuando se disipan los humos de la experimentación más pura, van desde el mismo rock variado que mencionaba antes, hasta una especie de acid soul (Beveryl Kills o Can't Hear My Eyes), pasando por algo que suena, de reojo, a funkypop difuminado y mal pinchado (Round and Round, el temazo del año para Pitchfork), y con un ligero trasfondo de electrónica básica que, por momentos, nos transporta a sus albores, a finales de los '70, principios de los '80 (Fright Night, Menopause Man o las mismas Revolution's A Lie y Round And Round) .
Pero es tratar de clasificar lo indefinible. Todo se mezcla, todo suena indirectamente a varias cosas. Ariel Pink's Haunted Graffiti se escucha, divierte, sorprende y, si nos gusta, simplemente repetimos. Teclado y bajo hacen constantemente el amor; la voz es cortejada, sin tregua, por la percusión, y los arreglos y ese sinfín de incursiones instrumentales llaman, una y otra vez, a una sensualidad implícita. Y cuando los diversos elementos de un sonido se aman tanto, y de una manera tan libre y desinhibida, salen cosas como el BEFORE TODAY de Ariel Pink's Haunted Graffiti. Quizá no vaya a ser el disco de cabecera de nadie medianamente cuerdo, pero es un ejercicio genial de apertura mental; un ejemplo interesantísimo de cuánto puede llegar a caber en una docena de temas.
Con Ariel Pink's Haunted Graffiti nada es fácil. Es complicado entender de qué rollo va, casi imposible definirlos dentro de un estilo normal de música y, aunque agradable y rebosante de calidad y momentos brillantes, no es fácil de escuchar. En cualquier caso, mucho más tangible y serio que todo su anterior trabajo.
En 2003 Josh Dibb, de Animal Collective, conoció a Pink tras uno de sus 'recitales', y gracias a un amigo en común, Ariel Pink se convirtió en el primer fichaje de Paw Tracks, el sello de la banda de Baltimore. 7 años más tarde, y tras probar con varias producciones, Ariel Pink's Haunted Graffiti ha editado su primer trabajo verdaderamente importante con 4AD. BEFORE TODAY es un disco lleno de sorpresas; nos asombra en cada esquina, en cada rincón, con cada cambio de decorado (prácticamente a cada canción) y con las infinitas ramificaciones y combinaciones de su sonido.
Se ha definido a Ariel Pink como freak-folk, debido a su excentricidad, a su curioso aspecto, y a la rareza de sus 'conciertos'. Lo que es innegable es que se ha abierto paso por el mundo de la música con una independencia apabullante, hasta hacerse un hueco en los oídos de medio mundo gracias a BEFORE TODAY (9º mejor álbum de 2010 para Pitchfork). Estamos ante un auténtico jugador: la psicodelia y la experimentación llegan a cotas de gran sofisticación en este Cd. Ariel Pink se aburriría enclaustrado en un solo estilo musical, y por eso utiliza cuantos más mejor para crear su propio sonido, tan lleno de personalidad que parece mostrarnos claramente la alterada psique de este personaje.
Hay, como mucho, cuatro canciones que podríamos clasificar como rock: Bright Lit Blue Skies, un líquido y manejable indiepop; Butt-House Blondies, que es como una agradable pedrada de distorsión, entre tanta miscelánea; Little Wig, que bien podría haberse oído en Woodstock, entre ácidos y pioneros del rock duro; y Revolution's A Lie, con un bajo marcado a lo post-punk. El resto del Cd, que rebosa frescura, energía y esa pacífica fuerza del hippie, se mueve entre melodías semiaéreas (L'estac), de entre las nubes, y ritmos que, cuando se disipan los humos de la experimentación más pura, van desde el mismo rock variado que mencionaba antes, hasta una especie de acid soul (Beveryl Kills o Can't Hear My Eyes), pasando por algo que suena, de reojo, a funkypop difuminado y mal pinchado (Round and Round, el temazo del año para Pitchfork), y con un ligero trasfondo de electrónica básica que, por momentos, nos transporta a sus albores, a finales de los '70, principios de los '80 (Fright Night, Menopause Man o las mismas Revolution's A Lie y Round And Round) .
Pero es tratar de clasificar lo indefinible. Todo se mezcla, todo suena indirectamente a varias cosas. Ariel Pink's Haunted Graffiti se escucha, divierte, sorprende y, si nos gusta, simplemente repetimos. Teclado y bajo hacen constantemente el amor; la voz es cortejada, sin tregua, por la percusión, y los arreglos y ese sinfín de incursiones instrumentales llaman, una y otra vez, a una sensualidad implícita. Y cuando los diversos elementos de un sonido se aman tanto, y de una manera tan libre y desinhibida, salen cosas como el BEFORE TODAY de Ariel Pink's Haunted Graffiti. Quizá no vaya a ser el disco de cabecera de nadie medianamente cuerdo, pero es un ejercicio genial de apertura mental; un ejemplo interesantísimo de cuánto puede llegar a caber en una docena de temas.
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