JUEVES 24 DE NOVIEMBRE. DÍA 2
Segunda tarde-noche de actividad en el Primavera Club; más relajada incluso que la primera. La experiencia nos aconseja administrar bien las fuerzas para tantos días de conciertos, y para ayer, realmente, me marqué un único objetivo doble: dejarme arrastrar por la marea triposa, primero de Pure X, y después por la de Sleep ∞ Over. Dos bandas de Austin (Tejas) hermanadas por un semejante concepto musical, pero que mostraron dos directos bien distintos.
En los primeros corrillos vespertinos aún coleaba el nombre de Charles Bradley: las sonrisas se desplegaban orgullosas en aquellos que lo habían visto mientras trataban de transmitir algo de la magia vista en aquel negro que cambió los fogones por escenarios como el de la sala Apolo. Pero la cosa iba a ser bien distinta para mí en la segunda jornada de Festival: el epicentro de sonido por el que ayer me decanté fluctuó entre el dreampop experimental y el shoegaze electrónico, decelerado y cavernoso, que se diluye en el eco de su propia sombra. Una jornada, esta segunda, en la que también tocaron Capitán, Jeff The Brotherhood, The Pop Group y R. Stevie Moore.
En total disfruté de poco más de una hora de música, pero bajo el encanto de semejantes bandas el tiempo se altera de tal manera que un tema te puede parecer un disco, y un directo de media hora una escasa toma de contacto. Con Pure X aún fue suficiente, porque como era de imaginar, en directo, sus notas se diluyen entre el humo y la nebulosa invadiendo hasta el último centímetro de sala, hasta las motas de polvo suspendidas en el vacío. Nate Grace toca la guitarra de manera lánguida y casi incorpórea, experimenta con su propio sonido con un aparato del que no se aleja demasiado, y canta con aquel hilo de voz, convertido en un lamento, tan característico de gente como Slowdive o Bethany Curve: un susurro granulado que tiene irresistiblemente al agudo para huir de la planicie. Con él iba también el bajista Jesse Jenkins y, dicen, que Austin Younhblood, el batería, pero casi nadie le vio entre tanta neblina descolorida y tan poca luz. Más tarde, eso sí, compartieron éstos dos últimos escenario con las chicas de Sleep ∞ Over, y entonces todo se aclaró un poquito.
A tenor de lo escuchado en sus respectivos primeros álbumes, todo hacía pensar que Pure X iba a ser un sonido algo más concreto que el de la banda de Steffanie Franciotti, pero fue justo lo contrario. Tampoco es que fuera el paradigma de la definición afinada y precisa, pero desde luego el de Sleep ∞ Over resultó ser un concierto mucho menos encriptado. El sonido poroso y pausado del Pleasure se transforma levemente para el directo, para exponer figuras musicales de un atractivo indudable, y bastante más definidas. Curiosamente, al contrario que con Pure X, parece más fácil la escucha de esta otra banda de Austin en concierto que dándole al play en nuestros reproductores.
Franciotti es una mujer peculiar, de larga melena rizada, caderas poderosas y un delicado rostro que esconde una tremenda pasión por lo que hace; canta como desde otra dimensión, como si su cuerpo estuviera aquí, pero su alma, el origen de toda la música que crea, estuviera a cientos de años luz. Un sonido espectral que, sin embargo, contrastaba bastante con la estética medio hortera y extravagante de, al menos, las dos chicas de cabecera. Porque junto Steffanie Franciotti, que tocaba el teclado, se movía la guitarrista Christine Aprile, de reciente incorporación al proyecto: dos figuras que no podían ser más distintas. Eran como el Boo bueno y el Boo malo del final de Dragon Ball, pero sin duda es una pareja que dará mucho que halar de aquí en adelante.
Para sorpresa de todos, el conciertazo que estaban dando las Sleep ∞ Over se cortó en seco, cuando más cálido era el ambiente. Pocos nos explicábamos por qué solo habían tocado media hora, y salimos de allí con demasiado tiempo de espera hasta el próximo concierto. Así de malacostumbrados estamos; así de bien nos han malacostumbrado los de Primavera Sound. Una cena un poco extensa, una desconexión demasiado larga, y a la vuelta al Festival ya nos encontramos con el primer cartel de aforo completo. Finalmente sí pudimos ver un poco al señor Moore, y otro poco a The Pop Group, pero a mí, al menos, la tropa de Austin me había marcado ya el camino a casa, y me sugerían que lo hiciese levitando.
Fotos de Pablo Luna Chao.
También disponible en Alta Fidelidad.
Playlist del Primavera Club 2011 en Spotify.
Fotos de Pablo Luna Chao.
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